jueves, 1 de febrero de 2024

¡Buenos días! ¿Persona mayor?

     “La mujer es solo inferior a un hombre en la materia de no ser tan masculina. No es inferior en nada más. Si todo intentase ser verde, algunas cosas serían verdes que otras, pero hay una igualdad inmortal e indestructible entre el verde y el rojo”. G. K. Chesterton) 


¡¡¡Buenos días!!!

Tengo una edad en la que me encuentro en una categoría tan vaga como la de los “mayores”, es tan amplia y diversa que necesito poner mucha atención para situarme y apreciar las diferencias. Nuestra sociedad tiene unos convencionalismos y prejuicios que tiende a contemplarnos de una forma muy generalizada.

Cuando hablamos de nuestro padre, por ejemplo, en que categoría lo colocamos, una persona mayor. Una persona mayor no es una categoría. ¿No es una categoría relativa? ¿Mayor que quién? ¿Acaso queremos decir jubilado? Es verdad que la edad de jubilación responde a un criterio bastante claro. Sin embargo, una gran mayoría de personas cuando se jubilan gozan de buena salud y son perfectamente autónomos y cuentan con la energía e ilusión suficiente para seguir participando en la vida social.

No tenemos dudas de que la discriminación por edad persiste, algunas diferencias como las de raza o de género han dejado de constituir criterios públicamente determinantes en la mayoría de los puestos y profesiones. Sin embargo, la edad se mantiene como uno de los últimos reductos donde la igualdad y libertad no se aplican como debería.

Es cierto que existen llamadas a eliminar las barreras que puedan impedir la discriminación social de los “mayores”. Sin embargo, en la medida en que en nuestra sociedad todo lo que es moderno nos habla del prestigio de lo nuevo frente a lo antiguo, la relación de lo moderno con la edad es bastante más complicada. Tenemos que fijarnos en que algunas maneras de entender y promover el “envejecimiento activo”, se entiende, como normal, que lo ideal es mantener la juventud durante el mayor tiempo posible. Ahora bien, ¿no es esto también una forma implícita de discriminación? Pues se elige la edad joven como pauta a seguir y la ancianidad como objetivo a combatir.

Tarde o temprano vamos a morir y, lo normal, en la última fase de nuestra vida es que vamos a ser muy frágiles y vulnerables, lo que contradice el optimismo moderno que ya no se puede entender en términos de “envejecimiento activo”. Por eso, en esa edad en la que percibimos que nuestro tiempo es un bien escaso hay que dotarlo de contenido y de sentido. Vamos a ser frágiles, pero no es necesariamente algo negativo pues puede ir acompañado de una mejora en otros aspectos que nos hagan más humanos, como la comprensión o la gratitud, la serenidad o la sabiduría.

Aunque la vejez puede experimentarse con pesadumbre, esa edad conlleva unas ganancias como la sabiduría, prudencia, autoridad, y que deben prepararse desde la juventud.

En fin, veo que el tema da para mucho más, mañana si es posible, intentaré continuar.

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