miércoles, 31 de enero de 2024

¡Buenos días! Mente reactiva o proactiva.

     “Soy más que un diablo: soy un hombre. Y puedo hacer la única cosa que ni Satán puede: puedo morir”. G. K. Chesterton)

¡¡¡Buenos días!!!

Cada día nos vamos dando cuenta de que acumulamos problemas, desencuentros, malentendidos, etc. en el corazón. Todos hemos sentido en alguna ocasión estas emociones. ¿Quién de nosotros no se ha sentido excluido en algún momento? ¿Quién de nosotros no ha sentido rabia ante alguna clase de comentario? Todos hemos pasado por momentos en los que alguna acción ha despertado una emoción que no es lo que nos gustaría mostrar, pero que hemos de reconocer que está ahí.

Cuando me siento dolido, cuando me hacen daño por lo general mi primera reacción es protegerme y defenderme. Ahora bien, el cómo lo hago es lo que marca la diferencia. Puedo defenderme con rabia, con ira, con ganas de venganza, con tristeza, etc. Muchas veces las personas respondemos ante un mal provocando más mal. Y, claro, esa relación no solo no avanza, sino que probablemente, tarde o temprano tendrá un final que no es el que queremos.

Lo bueno es que podemos elegir cómo reaccionar. Yo puedo elegir entre la rabia o la paciencia. Puedo elegir entre la venganza y el perdón. Y así con todas las situaciones. ¿Cómo reacciono ante un ataque? He leído en alguna parte que hay como dos clases de personas, las que tienen una mente reactiva y las que tienen una mente proactiva.

La diferencia más importante entre una y otra, se encuentra en cómo una persona aborda y responde ante un ataque. Las de mente reactiva son las que responden en el instante, responden inmediatamente a la agresión, y claro se responde con lo primero que se encuentra, y obviamente si te están haciendo daño no se suele reaccionar con una emoción muy amigable, es decir, son impulsivas y muy emocionales y no reflexionan en ese momento. Sin embargo, las personas con mente proactiva prefieren reflexionar y responder como ellas desean, por supuesto que también les duele lo que les está pasando, pero eligen ser ellas las que respondan y no una emoción, un sentimiento nacido en ese momento.  

Cuánto más grande es la agresión, más grande será nuestro esfuerzo por ser proactivos, es la mejor solución y la que más problemas solucionará. Para ello, trabaja el cómo quieres contestar, qué tipo de persona quieres ser en la vida.

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