“Los antiguos tiranos tenían insolencia suficiente para despojar a los pobres, pero no tenían insolencia suficiente para predicarles”. (G. K. Chesterton)
¡¡¡Buenos días!!!
Me gustan los comienzos, y hoy hemos
comenzado el 2024, me gusta cuando todo se encuentra por aclarar. Creo que es
el momento de máxima expectación, donde todo lo que hemos preparado comienza a
ponerse en marcha y todo puede empezar ya a cumplirse. Es también el momento donde
todo fuera de nuevo posible y todo lo que nos ha salido mal desapareciese y volviéramos
a comenzar de nuevo.
Siempre he sido de la opinión de que uno
de nuestros mejores rasgos debería ser el optimismo ante la realidad y tener esperanza
ante lo que vendrá. Esto me permite empezar el año como quien estrena todas las
posibilidades. No es nada extraordinario, pero este insignificante cambio de
hoja en el calendario produce una variación que muestra aspectos de la vida que
antes eran inexistentes.
Así, pienso que no sé qué será en el 2024,
pero seguro que, si estoy atento a la realidad, no faltarán ocasiones de
reconocer escenarios nuevos, más humanos y con más hondura.
Puede que vuelva a engancharme en los
mismos lugares, puede también que tropiece con las mismas piedras, esas viejas
conocidas, por eso no quiero hacer grandes propósitos de año nuevo. Esto de buscar
una vida feliz es algo que durará toda la vida. Por eso, aunque no haga propósitos,
quiero seguir en el mismo camino con la misma esperanza, tal vez añadiendo
personas nuevas que aparecerán, momentos diferentes y circunstancias que
llenarán la vida de nuevos descubrimientos. Un nuevo año para vivirlo.
¡¡Feliz año!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario