“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton)
El domingo como es tradición o
costumbre desde que empezó la crisis de la covid-19, antes era la carrera a
pie, hemos realizado nuestra excursión con la bicicleta, digo nuestra, no
porque la poseamos si no porque la realizamos.
Esta vez elegimos un recorrido
llano, salvo la subida a la ermita de los Santos Abdón y Senén o Sants de la
Pedra que se encuentra sobre la llamada “Muntanyeta dels Sants”, y la ligera
subida al faro de Cullera, todo a sido llanear y más llanear.
Volvimos después de varias
semanas a superar los cien kilómetros y aunque la meteorología no fue todo lo
benigna que nos hubiese gustado, al menos no llovió.
El asunto de la meteorología
es otro de los aspectos que hace interesante el biciviaje, sugestivo, pero no
es fácil, al menos así lo considera un mediterráneo como yo. Menos mal que la
actitud positiva de un latino, como yo, ayuda a enfrentar todas las dificultades
que el clima nos presenta, “al mal tiempo buena cara”. Pues sí. ¿Hay algún
secreto para eso? Bueno, tal vez nunca se puede ser totalmente feliz en esta
vida, pero si somos optimistas habremos dada un gran paso.
Estoy
casi seguro de que todos tenemos al clásico amigo pesimista que ve siempre el
viento en contra y la lluvia detrás de cada curva en un día gris y, que puede
acabar contagiándonos esas preocupaciones como una covid-19. Pero de seguro que
también conocemos a alguien que no se deja amedrentar y que en todo ve
oportunidades para disfrutar de la bicicleta.
Con
ser optimista no se van a solucionar las dificultades que nos van surgiendo en
el día a día, a veces las cosas simplemente no salen. De hecho, si todo saliera
siempre bien no harían falta optimistas. Cuando durante todo el día el viento
sopla de cara y antes de llegar a la curva ya está lloviendo, la frustración
puede paralizarte. ¿Has pensado que muchos de esos problemas suceden por hacer
las cosas demasiado rápido o sin pensar? La experiencia sirve para aprender y
rectificar. El optimista sabe que puede equivocarse, pero está dispuesto a
corregir.
Adoptar
una actitud sencilla y optimista encima de una bicicleta no elimina y le quita
merito al esfuerzo o a la iniciativa. ¡No somos superhéroes! No podemos con
todo, pero si somos optimistas siempre saldremos adelante. Pero atención: ser
optimista no es ser ingenuo ni dejarse llevar por ideas prometedoras, hay que
pensar y considerar tranquilamente todas las posibilidades antes de tomar la
decisión de empezar a pedalear.
Si
deseamos empezar un viaje de largo recorrido con las alforjas, sin conocer a
fondo donde nos vamos a meter o con una vaga idea, por muy optimistas que
seamos seguramente nos va a costar mucho empezar a disfrutarlo, ya que
careceremos de la base suficiente en la que apoyarnos cuando nos aparezcan las
dificultades. Sucede también algunas veces que inventamos una realidad falsa de
lo que nos encontraremos para hacernos un viaje más fácil y cómodo. Lo hemos
sufrido, esperando que no vayamos a pinchar o que no se nos va a romper ningún
radio; se trata de un falso optimismo que no funciona.
Alguien
podría pensar que nuestro optimismo no tiene nada que ver con el resto de las
personas, sin embargo, ser optimistas nos hace tener y estar en una mejor
disposición hacia los demás: cuando conocemos a alguien siempre esperamos una
actitud positiva y abierta. Si no sucede, si nuestras expectativas no se
cumplen, pensamos que las personas pueden cambiar y que con nuestra sonrisa y
amabilidad podemos conseguir un cambio. El optimista reconoce el momento
adecuado para sonreír, para dar aliento, para motivar, para servir.
Llegar
a ser un verdadero optimista requiere ser un poco más entusiasta y positivo, es
tanto como darle la vuelta a la moneda y ser capaz de ver todo con una apariencia
distinta. Ver las cosas a partir de los puntos positivos y buenos, con esto seguramente
ya solucionaremos muchos problemas.
Por
cierto, no es más optimista el que menos problemas ha sufrido, sino quien ha sabido
encontrar un estímulo para superarse en la adversidad. Todo en esta vida
requiere esfuerzo y el optimismo es su manifestación más clara, de esta forma,
las dificultades y contrariedades dejan de ser una carga.
Buenos
días.
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