“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton)
Nueva
la excursión del domingo, podría decir que la mitad de los kilómetros que
realizamos fueron nuevos, pero no los he contado y no lo puedo asegurar, pero
fueron muchos. Tárbena, Bolulla, Callosa de Ensarriá, Guadalest, Benifato,
Confrides, Ares del Monte y Benasau son los pueblos por los que pasamos, en
bicicleta, por primera vez.
Si
la covid-19 nos mantiene con el “freno de mano” puesto durante algún tiempo más,
es fácil que nos estrenemos por algunas carreteras y paisajes nuevos. Tenemos
la suerte de estar viviendo en una zona en la que no se da ese dilema tan usado
de “o esto o lo otro”, entre elegir por una de dos opciones, afortunadamente
nos sucede lo contrario, hay tal vez demasiadas y nos cuesta elegir.
Por
eso, me resulta sorprendente como existiendo muchas opciones nos gusta resumirlas
y nos quedamos entre dos opciones. También encuentro curioso el sistema por las
que hacemos esa selección.
Por
ejemplo, esa falsa disyuntiva que se plantea en el tema de la pandemia entre
salud y economía, como si no hubiese algunas cosas más entre esto y lo otro.
¿Por qué elegir solo entre estos dos valores? ¿Qué pasa con los valores
lúdicos? ¿Y los religiosos, estéticos, éticos, cognitivos y sociopolíticos?
Cada una de estas series de valores es tan real y fundamental como la otra, pues
ninguna de estas dimensiones puede ser reducida a otra, ni sustituida por otra
o trasladada.
Si
ahora hacemos un poco de memoria o si lo pensamos un poco, nos daremos cuenta
como han desaparecido durante esta pandemia un montón de espacios que se han
sacrificado desde el principio, como si, la persona solo fuese un conjunto de
valores económicos o físicos. Y el hombre es un ser social que tiene una
familia (que se ha menospreciado), que necesita buscar espacios y experiencias
lúdicas (arrinconadas), que necesita tener un conocimiento veraz de lo que
sucede (olvidado)… Todo esto no ha juagado ningún papel entre el dilema de
“salud o economía”. Y así ha pasado lo que ha pasado, por no prestar atención a
esa variedad de valores y contravalores que aportan cada una.
Toda esa variedad de valores que nos permite movernos
por la vida con seguridad, han sido olvidados en este triste discurso entre el
dilema salud o economía. No se trata de lo uno o lo otro sino de aplicar
siempre lo uno y lo otro. Son modos distintos de estar en el mundo y de salir de
muchas situaciones.
Buenos
días.
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