Parece ser que ya va siendo hora de empezar a sentirse optimista, las vacunas están llegando. Es verdad que más despacio de lo que sería necesario, pero llegan. No quiero entrar en averiguar el motivo por el cual no se están cumpliendo los contratos que se firmaron y se pagaron a las farmacéuticas, ni porqué parece ser que no se cumplirán los plazos para la vacunación de una gran parte de los ciudadanos, lo importante hoy es pensar que se empieza a ver el camino que nos debe conducir a la solución de esta pandemia.
Es
tiempo de sentirse optimista con la pandemia y, sin embargo, existe una gran
diferencia entre el optimismo que dice que todo es perfecto y el optimismo que
simplemente dice que todo está bien.
Es
un gran tema para esta mañana de domingo donde la lluvia me da la oportunidad
de quedarme en casa y no salir de excursión con la bicicleta. Hay que afrontar
la realidad y enfocar las cosas con optimismo para ver y descubrir lo que de
bueno tiene una mañana como esta y como se puede mejorar.
Sin
embargo, no se trata de esperar pacientemente detrás del cristal a que todo
ocurra de forma positiva, sino que hay que hacer algo para que eso ocurra. Hay que
añadir al optimismo una actitud positiva y conseguiremos sacar provecho hasta
de la mañana más triste. No hay duda de que es bueno ver el lado positivo, pero
también se puede ser optimista en el sentido de lo óptimo, de mejor, de
excelencia. La palabra optimismo procede del latín: “optimum”, y significa “lo
mejor” en el sentido de excelente. Por eso es interesante ser optimistas en
cualquier situación, siempre se puede mejorar.
En
cualquier circunstancia, y hoy es un día apropiado para ponerlo en práctica,
hay que buscar primero lo bueno, y solo después ver cuáles son las dificultades
con las que me encuentro. Voy a ponerme las “gafas especiales” para poder ver
lo bueno que me muestra este domingo tan diferente, esas cualidades que tiene
el quedarse en casa sin ninguna obligación que cumplir, y así, agradecerlas,
mejorarlas y apoyarme en ellas para conseguir un domingo espectacular.
Tengo
a mi favor que pienso que la “suerte” está de mi lado. Se que en la vida lo
bueno ha vencido a lo malo, y está de mi lado. ¡Es lo que me da la Esperanza!
Pero luego hay que hacerlo, hay que trabajarlo, hay que moverse, buscar…, y
cuesta esfuerzo.
Además,
entre el inconveniente y mi respuesta existe mi libertad interior para actuar
de una forma u otra. Hay que tomar activamente el control de la situación y
decidir qué hacer en cada momento. Se trata de actuar en base a unos valores
que estén centrados en principios, y no de reaccionar según las circunstancias.
Poner pensamiento antes de acometer algo, o de dar una respuesta. Y mejor, si
es optimista.
Y
es que lo habremos oído y leído muchas veces, pero no esta de más volverlo a leer:
el optimismo es la cualidad de los “sabios”; tender a lo mejor, que es lo
únicamente verdadero y bueno, y por tanto bello. Hay que saber “mirar” a través
de esas gafas para, primero detectarlo, y luego acometerlo con ilusión
renovada. Es lo que permite el progreso de cada persona como tal, y del hombre,
en cuanto ser humano.
En
fin, voy a sacarle a este triste domingo su alegría, ¡siempre alegres!
Buenos
días.
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