“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton).
Ya está claro, los Montes Universales deberán esperar al
año que viene para recibir nuestra visita. La pieza de la Giant va a tardar
unos días en llegar por lo que se nos termina agosto y las vacaciones de
Carmen.
Tengo la impresión de que este año, tal vez por la
influencia del covid-19, en asuntos de viajes en bicicleta “donde pongo el ojo
no pongo la bala”. En ninguno de los viajes que tenía pensado para este año,
incluyendo el del Nordkapp, y de las tres salidas que hemos realizado este
verano no hemos podido completar el itinerario que nos habíamos propuesto y, en
esta última a los Montes Universales solo hemos realizado veintiséis
kilómetros.
Ahora, debería de empezar a preparar un viaje en
solitario, que en un principio estaba pensado para septiembre, pero según va
avanzando el rebote de la pandemia me temo que si me espero mucho tal vez no
pueda hacerlo y, es posible que si salgo enseguida me vea obligado a volver porque
nos confinen otra vez con otro estado de alerta.
Si viajar fuera de España pensaba que no era lo más aconsejable,
empiezo a pensar que, ahora, también lo es hacerlo por el país.
De todas formas, voy a poner el “ojo” en llegar al punto
más occidental de la España peninsular; el cabo Finisterre, pasando antes por
Guadalupe y por Santiago. Veremos hasta dónde llega la “bala”.
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