sábado, 22 de agosto de 2020

Donde pongo el ojo no pongo la bala.

  Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton). 


Ya está claro, los Montes Universales deberán esperar al año que viene para recibir nuestra visita. La pieza de la Giant va a tardar unos días en llegar por lo que se nos termina agosto y las vacaciones de Carmen.  

Tengo la impresión de que este año, tal vez por la influencia del covid-19, en asuntos de viajes en bicicleta “donde pongo el ojo no pongo la bala”. En ninguno de los viajes que tenía pensado para este año, incluyendo el del Nordkapp, y de las tres salidas que hemos realizado este verano no hemos podido completar el itinerario que nos habíamos propuesto y, en esta última a los Montes Universales solo hemos realizado veintiséis kilómetros.

Ahora, debería de empezar a preparar un viaje en solitario, que en un principio estaba pensado para septiembre, pero según va avanzando el rebote de la pandemia me temo que si me espero mucho tal vez no pueda hacerlo y, es posible que si salgo enseguida me vea obligado a volver porque nos confinen otra vez con otro estado de alerta.

Si viajar fuera de España pensaba que no era lo más aconsejable, empiezo a pensar que, ahora, también lo es hacerlo por el país.

De todas formas, voy a poner el “ojo” en llegar al punto más occidental de la España peninsular; el cabo Finisterre, pasando antes por Guadalupe y por Santiago. Veremos hasta dónde llega la “bala”.

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