“Dicen que los
viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K.
Chesterton).
Las bicicletas se estropean, tienen averías, se rompen y
sobre todo pinchan, y esto último es lo que le paso a la Giant, pinchó. Nos la
encontramos con la rueda delantera deshinchada una mañana. No es lo normal,
pero puede suceder, la arreglamos, le pusimos la cinta antipinchazos, pues la
Giant todavía no las lleva puestas, y a continuar.
Con la bicicleta no es fácil tener contratiempos mecánicos,
es un máquina muy sencilla, aunque los contratiempos existen durante un viaje,
es algo que puede suceder en cualquier momento. Ante ellos, hay modos de
reaccionar inteligentes, cuando lo que parecía un problema se hace una
experiencia enriquecedora; también hay reacciones que son más bien lo contrario
y que suelen ser propias de personas que no sacan partido de sus propios
recursos lo que les amarga el día o el viaje.
A veces suele suceder que no paramos de buscar cuales
pueden ser los contratiempos que podemos tener y nos angustiamos esperando que
nos sucedan, lo que nos puede llevar a abandonar algunos proyectos que pueden ser
un poco más complicados.
Todos tenemos contratiempos en nuestros viajes, todos los
días. La clave es cómo reaccionamos, con qué espíritu los asumimos. No hay nada
que nos pueda eximir de los problemas, pero hay que verlos y vivirlos con mucha
tranquilidad y esperanza, sabiendo que los problemas nunca tendrán la última
palabra.
Buenos Días.
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