“¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la
muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.” (J.R.R. Tolkien)
Tere, Maribel, Encarna y Reme; Muy Buenos Días,
hoy un poco más tarde pues tengo entre manos el IV Relevo 24x1 Hora de Pego y
ante la reunión de esta noche tenia algunas cuestiones que aclarar. Pero ya
esta. Una lastima, no pude ver la película, pero lo intentare alguna tarde de estas
pues la buscare en Internet, seguro que en YouTube esta.
He estado unos días en Suecia,
y me ha vuelto a encantar, he tenido la suerte de tener como vecina a una
española casada con un sueco con la que he podido conversar varias veces, y
como no podía ser de otra manera hemos hablado de las enormes ventajas y de la
riqueza social que supone el llamado “estado de bienestar” que poseen los
suecos ya que ellos lo inventaron.
La forma de concebir la
sociedad de los suecos esta sirviendo de modelo a muchos países y sus ideas se están
aplicando en muchos lugares. Y es verdad, lo pude ver en Trosa, la pequeña
ciudad en la que estaba, y pude comprobar ese famoso “desarrollo sostenible”.
Pero la felicidad es otra cosa,
también lo pude comprobar, Suecia triplica el porcentaje de suicidios que
España y nosotros tenemos una media de 10 diarios, el llamado “estado de
bienestar” y el “desarrollo sostenible”, con ser tanto, no le es suficiente al
hombre.
Recordé, admirando la belleza
del paisaje de Trosa las palabras de Kant: “Dadle a un hombre todo lo que desea
e inmediatamente pensará que ese todo ya no es todo”... No hace falta insistir
que la felicidad, aunque necesite bienes como medio, no se consigue sólo con lo
material.
En Suecia, hay mucha gente que
de una manera explícita se hace eco de la insuficiencia de la sociedad del
bienestar. Y así, se pueden leer las novelas de de Henning Mankell, que
protagoniza el comisario Willander; o Stieg Larsson con su serie de Millennium.
Que un país vaya bien no es todo, pues cada persona de cualquier lugar del
mundo necesita saber hacia dónde, y el por qué y el para qué de su lucha en la
vida. Y eso no lo da el bienestar. Hace falta una dimensión trascendente y la
vivencia de avanzar hacia el infinito, porque el hombre está hecho para ese
todo, el todo de la felicidad.
En fin, me gusto Suecia pero…
Feliz y Dulce Día.
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