“¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la
muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.” (J.R.R. Tolkien)
Hace meses que no tengo la
oportunidad de disfrutar de un domingo tan relajado como el que me espera hoy,
así que espero disfrutarlo no haciendo nada de nada. Sin embargo voy a dedicar
estos primeros momentos a reflexionar sobre el cambio del Presidente del Gobierno,
pues ya conocemos la formación del nuevo gobierno, y es hora también de ir tomando
posiciones, al menos los que no hemos podido ni dar el “si” ni dar un “no”.
Es claro que tanto los que le
han dado el “sí”, como los que han votado “no” a esta investidura, lo han hecho
pensando en sus propios intereses partidistas, lo cual es comprensible, pero
también es un poco lamentable. Ya dije lo complicado que lo va a tener para
gobernar, según mi opinión gobernar así es un imprudencia y quizás lo mejor que
puede hacer es convocar elecciones cuanto antes.
Yo, siempre ha respetado a los
gobiernos legítimamente constituidos. Creo que mi misión no es tomar partido
por una u otra solución, que siempre será humana y mejorable. En todo caso, mi
papel me gusta colocarlo en “la gran política”, o sea, en el recuerdo y defensa
de los grandes principios que favorecen y protegen la dignidad humana.
Mi intención hoy es desearle
al nuevo presidente del gobierno lo mejor, no se trata de solicitar que sea más
bueno o que no sea tan malo. Se trata, de desear que, bajo su gobierno, podamos
vivir una vida tranquila y apacible. Ese es el objetivo de todo gobierno: que
los ciudadanos vivan tranquilos y en paz. Por eso, cuando deseo lo mejor para
este gobierno, deseo lo mejor por la paz, la convivencia, el buen entendimiento
y el bienestar de todos los ciudadanos.
En fin, me voy a disfrutar de
este domingo.
Feliz y Dulce Día.
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