viernes, 31 de diciembre de 2021

Las últimas piedras.

     “Si encuentro en mí mismo deseos que nada en este mundo puede satisfacer, la única lógica explicación es que fui creado para otro mundo.” C. S. Lewis.

Las últimas imágenes, aunque son de una excursión en bicicleta, no son con ninguna de mis bicicletas. La he pedido prestada para recorrer los alrededores de Onteniente. Y es que he pasado las Navidades fuera de mi casa habitual, a la que vuelvo para despedir el año.

 Hoy voy a despedir el 2021 y, sin más remedio comenzaré 2022, y como siempre que comenzamos algo nos llenamos de entusiasmo. Ya sea un año nuevo, un nuevo trabajo, un nuevo viaje, una nueva ilusión, siempre la novedad trae consigo esperanzas y expectativas. Siempre que ponemos una “primera piedra” nos resulta relativamente sencillo. Pero poner “la última piedra” no es tan fácil. Poner la última piedra es tal vez el acto más importante, pues señala la importancia de terminar aquello que comenzamos con ilusión y que no lo hemos dejado a medias.

Hoy, se dan un par de circunstancias: la alegría de comenzar un nuevo ciclo, pero también la tristeza de ver que no termine algunas de las cosas que me propuse. Sin embargo, no puedo permitirme desanimarme ni que la tristeza me paralice. Todos sabemos que los grandes proyectos y las grandes obras se forman a base de un trabajo constante y requieren de pequeños esfuerzos que se deben de realizar todos los días.

Ahora, en estos días, ha sido importante pararse a pensar en qué quiero utilizar mis pequeños esfuerzos diarios, pues si no tengo la constancia y la fuerza diaria de construir las cosas grandes con pequeñas acciones, me quedaré colocando primeras piedras, pero no acabare ninguna.

Hay que poner la última piedra, pues si nunca llegamos a ponerla nos desanimaremos y llegaremos a convertirnos en conformistas, y el conformismo es una actitud que no es sana.

Para poner la última piedra, tengo que ser consciente de mi capacidad para hacer algo y de mis defectos. Y es que los nuevos proyectos si de verdad nos ilusionan es porque nos exigen un poco más de lo que podemos hacer. Todas las personas tenemos limitaciones que con el paso del tiempo vamos conociendo. Por eso cuando era joven era mucho más soñador y me ponía metas demasiado altas, poco acordes a mis posibilidades reales. Ahora, que han pasado los años, tiendo a ser un poco más pesimista, pues me he dado cuenta de que la vida no es tan sencilla y que los sueños son difíciles de materializar.

Ni era buena mi actitud de joven ni es demasiado buena la de ahora. De joven no media bien mis posibilidades y ahora si me descuido dejo de soñar. Por eso intento tener, ante mis proyectos del año que viene, una actitud equilibrada, o sea; ponerme metas un poco mayores de lo que se que puedo hacer, y asegurarme de que voy a poner la última piedra. Si lo consigo, continuare haciendo planes, proyectos y fijándome nuevas metas, cada vez más altas.

Concluye un año y empieza otro. Y es el momento no solo de hacer propósitos, sino de ser conscientes del esfuerzo que tendremos que hacer para poner la última piedra. Pidamos que este año que comienza tenga muchos y muy buenos propósitos, pero que sobre todo tenga muchas “últimas piedras” y que la mejor “última piedra” sea la de vivir al final de este año que comienza siendo buenas personas.

Buenos días y PROSPERO 2022.

https://www.instagram.com/vicent1956/?hl=es

No hay comentarios: