lunes, 16 de agosto de 2021

Etapa 38, domingo 15 de agosto de 2021. Desde: Pavía a Cremona

Etapa 38, domingo 15 de agosto de 2021.

Desde: Pavía a Cremona.

Con sus 89 kilómetros la etapa de hoy ha tenido el "honor” de ser la que ha visto como hemos superado los 2000 kilómetros, siendo sinceros la de ayer hubiera recibido ese “honor” si hubiera ido a cenar en bicicleta, pero lo hice a pie.

Son en este momento 2083 kilómetros los que llevo pedaleados desde que salí de Pego, números, datos, nada más.

En el momento que recorres una ruta cicloturista o coincides con ella, es fácil encontrarse con otros ciclo-viajeros en los camping o en los albergues.

Esta noche, en Cremona, hemos coincidido varios, y resulta muy fácil entablar conversación, claro esta que si se habla el mismo idioma, aunque en italiano es fácil.

La cuestión es con que facilidad se entregan las personas sin conocerse en estas circunstancias.

Hay y quisiera decir muchas cosas sobre el tema, pero advierto que todas ellas pueden llegar a ser cosas muy evidentes.

Aunque pensándolo un  poco, lo evidente es precisamente lo más grande y lo más difícil en la vida. Esta claro que si queremos dar algo, ha de ser algo precioso, no desechos.

Y el valor de algo se aprecia especialmente cuando nos tenemos que desprender de ello. De ahí que sea necesario saber dar. Lo más valioso es el modo como se da. Pero no como obligación, sino como pura generosidad.

En estos encuentros durante los viajes, no se suele llegar a dar nada precioso, precioso en el sentido de que nos sea muy querido o necesario, de ahí que casi siempre resulten agradables.

Ocurre que para poder dar, las personas no podemos ser esclavo de las cosas, sino señor de ellas. Si yo dependo de tal manera de mi hornillo, que no puedo darlo, no me pertenece el hornillo sino que soy yo el que le pertenezco a él. Ya he dicho que eran cosas evidentes pero difíciles, aunque todos las tengamos claras.

Por ejemplo, quien da, no le es lícito exigir agradecimiento; quien piensa de este modo facilita enormemente el trabajo de recibir, que muchas veces es más difícil que el de dar.

Lo perfecto de dar es cuando quien recibe no nota en absoluto que ha recibido.

En estos encuentros el dar y el recibir son una especie de puente entre los que allí estamos. Damos y recibimos consejos sobre bicicletas, rutas, material…

Y, me gusta mantener lo ojos abiertos para estar atento a dar donde falte algo y mostrar al otro que nos brinda la ocasión estar alegre por ello.

En fin, lo dejo, sin decir nada de la alegría que siente, pero eso ya será otro día.

Buenas tardes.

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