Etapa 40, martes 17 de agosto de 2021.
Desde: Governolo a Baone.
Salvo por la rotura de uno de
los soportes del porta alforjas delantero, que he solucionado con otra
abrazadera, ha sido un paseo.
Terreno llano, hoy sin
trafico pues la mayoría del recorrido se ha desarrollado por caminos vecinales
en los que solo algún tractor y alguna que otra maquinaria agrícola ha hecho
que dejase la relajación con la que hoy he pasado el día.
Ir tan relajado hace que la
etapa sea más larga en horas de lo que hubiera sido por una carretera con
trafico, los coches y los camiones te mantienen alerta, lo que hace que
pedalees con más ímpetu, tan bien es más cansado.
Otra característica es la de
pedalear en silencio, no sin hablar que eso suele ser lo normal, sino el
silencio de no oír otra cosa que el viento.
Hoy en día llama la atención
el nivel de ruido que necesitamos para sentirnos cómodos, para divertirnos,
para disfrutar de la vida.
Parece que se le tiene miedo
al recogimiento y a los minutos de descanso sereno, sin sonidos, como si fuera
un animal salvaje listo para atacarnos.
Si lo pensamos un poco nos
daremos cuenta que a veces evitamos ese silencio por miedo a enfrentarnos a
nuestra interioridad, para no enfrenarnos con nosotros mismos, a nuestras
limitaciones y sufrimientos.
Esté, es, aunque no lo parezca
una de las dificultades más difíciles de vencer para realizar un viaje en
solitario.
En los numerosos momentos que
estamos en silencio mientras pedaleamos aprendemos a estar con nosotros mismos,
es una forma de que la reflexión entre a formar parte activa de nuestra vida.
Buenas tardes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario