Hay en nuestra rutina diaria una sensación de miedo o de prudencia por todo lo que está pasando; por contagiar, por contagiarnos, por vacunarnos y además por todos los inconvenientes y temores que nos trae la vida.
La
pregunta es, ¿es malo tener miedo? Me atrevería a afirmar que el miedo es bueno
en cuanto busca nuestra protección, es algo que compartimos con los animales,
el instinto de supervivencia que llevamos impreso. Sin duda es algo bueno, pero
frecuentemente se pervierte y entonces nos esclaviza.
Al
igual que el miedo en demasiadas ocasiones cosas buenas se pervierten o las estropeamos
y las convertimos en malas. Tener ganas de comer y beber es sin duda bueno,
pero si lo pervertimos lo convertimos en gula. Tener deseo sexual es bueno,
pero la lujuria es su perversión.
También
vemos que el miedo sin control nos lleva a infinidad de males; el miedo al
futuro puede y es en muchas ocasiones causa del aborto. Podemos observar que
cuando se intenta razonar con una persona que piensa en abortar y se le propone
una solución como puede ser la adopción, infinitamente más razonable y
constructiva que el aborto, frecuentemente la rechaza de plano. La causa es que
es tal el pánico que invade a una persona con un embarazo inesperado o cuando
el médico le detecta una discapacidad o malformación en el bebé, que no puede
razonar, sino que reacciona en modo supervivencia, con el cerebro de un simple
animal.
Miedos
hay muchos, tenemos miedo de discrepar de la opinión generalizada y ser
rechazados es lo que nos hace que nos hayan metido hasta la medula la cultura
de la muerte que esta tan de moda, ¿alguien se atreve a decir algo sobre los
problemas de la anticoncepción? ¿alguien se atreve a decir una sola palabra
sobre la homosexualidad? No, porque viene el rechazo del grupo y nos
acobardamos.
El
miedo al compromiso, a comprometerse, es el motivo por el que muchas veces no queremos
llevar el matrimonio a su máxima expresión, porque eso de para toda la vida
asusta.
Y
es que el miedo, si lo pensamos un poco puede ser una potente arma si se encuentra
en manos de malas personas porque el miedo paraliza y porque el miedo esclaviza.
Un abusador o un maltratador, utiliza el miedo de su víctima, miedo a que no le
crean, miedo a las represalias… Los gobiernos dictatoriales se aprovechan del
miedo de la gente, miedo a ser multado, miedo a la muerte civil... y más
adelante, miedo a ser detenido, torturado, asesinado.
He
aquí como algo bueno, la prudencia llamémosla así, se convierte en algo
terrorífico que nos convierte en esclavos en una cárcel sin barrotes.
Una
cosa más me gustaría añadir sobre la estrategia del miedo como arma de
dominación. Para dominar por medio del miedo lo mejor es aislar a la persona,
aislarla de su familia, de sus amigos, de su comunidad, porque somos seres
sociales y estar solos nos hace infinitamente vulnerables. Cuando un
maltratador y abusador quiere infundir miedo en su víctima para dominarla lo
primero que hace es aislarla, impedir que vea a su familia, a sus amigos, así
la hace más vulnerable.
La
cultura de la muerte también se basa en el aislamiento por división, así busca
la destrucción de la familia para aislar a los individuos, enfrentando a hombre
y mujer entre ellos y a padres e hijos entre ellos, ya que los hijos, como se
ha llegado a decir son del Estado.
En
fin, tenemos que estar atentos a nuestros miedos y recordar continuamente
aquello de que “No
tengáis miedo a los que matan el cuerpo sino a los que matan el alma”.
Buenos
días.
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