“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton)
Parecía
imposible, pero hemos encontrado y hemos conseguido realizar un recorrido
nuevo, otra vez alrededor de los cien kilómetros y con un final que nos viene
gustando, bajar por la Gallinera.
Hemos
subido a la Llacuna desde Villalonga para bajar por Lorcha, Beniarres,
Benimarfull, Planes, Patró, la Carroja, Benisiva, Beniali, Adsubia y por fin
Pego.
Cuando
me levante ayer nada me hacía pensar que subiría a la Llacuna, son decisiones
que se toman casi sin pensar y en el último momento, pues queríamos ir hacia
Cullera pero la dificultad que representaba cruzar Gandía, ya que esta
confinada los fines de semana, nos hizo intentar y conseguir subir un puerto
más en la imaginaria ya larga lista de puertos conquistados, una lista que solo
sirve para recordar por donde hemos pasado y que no añade nada más, ni siquiera
una cantidad que aumentar ni una colección que completar.
A
veces tenemos la impresión de que algunas elecciones o decisiones nos resultan
insignificantes, sin valor, sin transcendencia.
En
realidad, quedarme en casa o ir de excursión, ver este o aquel programa de televisión,
leer un libro de aventuras o uno de filosofía, tomar más o menos copas de
cerveza... son decisiones que “entran” en mi vida, que llegan a ser parte de mí
mismo, que me cambian.
No
sólo yo quedo “tocado” en cada decisión. También los demás, los más íntimos,
los más cercanos, van a sentir los efectos de mis decisiones. Otras personas,
por muy personal que sea mi decisión, serán afectados, para bien o para mal, de
lo que comienza en el mundo a partir de lo que yo hago o de lo que yo deje de
hacer.
Los
que se encuentren más cerca y los más alejados, el mundo, queda afectado por mi
comportamiento. No es igual que elija una ruta de montaña u otra llana, más
corta o larga, no es indiferente si me comprometo a reciclar con atención la
basura. Mis compañeros de excursión, mi
barrio, mi ciudad, el planeta tierra, van mejor o peor según mis costumbres,
según mi preocupación por la forma física en que nos encontremos, según como
tire la basura.
Mis
decisiones afectan, por lo tanto, a personas que obtendrán beneficios o no. Cada
una de mis decisiones introduce algo distinto, nuevo, bueno o malo, justo o
injusto, en este mundo de contradicciones y de esperanzas.
Hay
que reflexionar profundamente antes de tomar una decisión, de empezar un nuevo
acto. Hay que pensar en serio si quiero ser un pequeño artífice de bien o un
simple estorbo. Hay que escuchar esa voz humilde y sencilla que tenemos en
nuestro interior que me repite, con un tono suave e íntimo, que hasta un vaso
de agua dado a un ciclista que pasa o a un caminante sediento no quedará sin
recompensa. Porque ese simple gesto de cariño habrá introducido algo bueno,
algo bello, en el mundo de los corazones sedientos de amor sincero.
Buenos
días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario