lunes, 25 de mayo de 2020

Perseverancia


“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton)


       Parece ser que los afortunados, que puedan, van a poder planear sus vacaciones este verano y, los que ya teníamos pensado que hacer vamos a intentar averiguar si podemos mantener nuestros propósitos o si bien vamos a tener que cambiarlos.
De momento, estoy intentando volver a tener las mismas sensaciones físicas y mentales que tenía antes del covid-19 y así mantener la esperanza de subir al Nordkapp.
Ayer volvimos a salir en bicicleta para ir acumulando kilómetros en nuestras piernas y ánimos en nuestros corazones.
De nada me sirvió empezar con mucho afán este proyecto si ahora no tengo la perseverancia suficiente para mantenerlo. La mitad de los anhelos que tenemos las personas en nuestra vida se nos quedan en eso, en anhelos, en deseos, en sueños no realizados … y si analizamos bien el por qué no se cumplieron fue porque nos faltó perseverancia.
La verdad es que, la firmeza y la constancia en la ejecución de esos proyectos y en tener un buen ánimo es donde se encuentra la clave para que no se nos derrumben muchas de nuestras ilusiones. Cuantas cosas emprendemos en la vida y sabemos que tenemos que ser perseverantes, pues si no lo somos, todo lo que hemos ideado se irá diluyendo como el agua en nuestras manos. Tener el ánimo resuelto ante nuestras ilusiones y una voluntad firme nos llevará a cumplirlas. 


Cuando no alcanzamos nuestros objetivos a veces no reconocemos que generalmente fueron la falta de esos factores, tan importantes y necesarios, lo que hizo que no llegáramos a obtener los resultados que esperábamos. Siempre nos basamos en otras causas para “echarle la culpa” de nuestros fracasos, de nuestras frustraciones. Pocas ilusiones podemos llevar a cabo sin disciplina y perseverancia, ya sea en lo físico, en lo intelectual como en lo espiritual. No se logrará recorrer cien kilómetros todos los días sin subirse a la bicicleta día a día, aunque sea un poco, no nos va a ser suficiente sudar y pedalear, o pasarse todo un día en la carretera si es tan solo por una sola vez.
No me va a bastar si quiero conocer y familiarizarme con las costumbres y tradiciones del lugar que quiero visitar si solo le hecho un vistazo a un folleto turístico, tengo que leer e investigar más, si no me impongo una constante lectura y estudio de todo lo que pueda darme ese lugar. Como en muchas otras cosas en la vida que empezamos con mucho ímpetu y ardor nos cansamos, y pronto olvidamos todo ese entusiasmo porque eso nos cuesta, porque nos está pidiendo un gran esfuerzo, porque esos proyectos nos piden disciplina y perseverancia.


En este proyecto de alcanzar el Nordkapp, para mí, si ha existido disciplina y perseverancia para prepararlo y estudiarlo, aunque no he conseguido aprender inglés, pero ¿y la perseverancia final?
Durante estos meses de cuarentena he sentido muchas veces como un cansancio, como una flojera, como una desgana. Ya no existía ese ardor de antes del covid-19, se fueron los días en que mi espíritu ponía en juego toda su fuerza para hacer los sacrificios que fueran necesarios y la voluntad estaba al servicio de la fogosidad del espíritu para conseguir salir hacia el norte de Europa. Ahora veo que es el momento del peligro. Peligro de abandonar de dejarlo pasar.
El fracaso, la decepción ha esperado muchos días de esta cuarentena. Ha esperado y ya saborea su triunfo al verme no solo flaquear sino también al comprobar como no se ve aún una Europa sin fronteras libres, como aún estamos en la fase 1, como poco a poco voy dejando a un lado el sentido de ese viaje y voy llenándome de dudas.


Ante todas las circunstancias que se van poniendo por delante hay que esperar que mi perseverancia se pueda mantener intacta hasta el final.
Buenas Tardes.

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