“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto
hay que tener ideas” (G. K. Chesterton).
Son muchos ya los días que está durando esta cuarentena,
y una de las cosas que más estoy diciendo y más me dicen es: “paciencia”. Pues
sí, en estos momentos de crisis, cuando estamos en contacto continuo con esta
pandemia, y sobre todo cuando comprobamos que se va a prolongar más de lo que
esperábamos, ¿Qué hacer? Pues eso, paciencia.
Estoy recurriendo continuamente a pedir y a tener
paciencia, aunque quiero decir que tener paciencia no quiere decir ser
conformista ni indiferente. Tener estos días una actitud paciente no es
quedarse quieto y a esperar verlas venir o que otros me saquen del problema.
Si nos paramos un ahora un momento y pensamos un poco sobre qué es y significa la paciencia nos daremos cuenta enseguida que estamos ante una
cualidad personal que implica tener autodominio, implica también tener una
buena dosis de tranquilidad y de tolerancia, sin olvidarse de la resistencia.
Solo las personas fuertes saben ser pacientes. Sin ser
fuertes va a ser difícil mantener los compromisos adquiridos. En cambio, una
persona fuerte se agarra al compromiso y activa sus capacidades para
sacarlo adelante.
No
resulta fácil ser paciente pues hay que perseverar y mantener el compromiso que
decidimos adoptar. Es comprometerse con el futuro. Empecé la cuarentena con un
objetivo que cumplir; no contagiar a nadie y evitar contagiarme, y ese que era
el motivo es el rumbo que ahora importa continuar siguiendo.
Pero
las semanas y los meses están pasando y esta situación me está afectando, existe
un cansancio y cada día se me hace más difícil mantener la alegría porque
realmente estoy sintiendo que no me veo con fuerzas para continuar aguantando
tranquilamente en casa.
Me
dicen; es normal que te afecte, tienes que continuar buscando razones para resistir,
pero no es fácil. Ya se que es normal que mí estado de ánimo decaiga en algunos
momentos. Existe un desgaste, lo tengo claro, y tal vez la solución este en saber
que esto es así, que tengo que contar con ello y prepararme para ir haciendo
los cambios necesarios para mantener el ánimo alto.
Por
eso creo que adoptar una actitud paciente no es una ingenuidad ni es negar
la realidad de lo que me ocurre. ¿Puedo tener paciencia a pesar del
entorno de estrés, del cansancio y de los malos augurios? Sí.
Para
eso tengo que empezar a tener en cuenta varias cuestiones como aceptar que muchas
de las cosas que están ocurriendo están más allá de mi control. Que hay
proyectos que no pueden ser para ya y que tengo que plantearme realizarlos en
un futuro. Que mis sentimientos y pasiones pueden mostrarme en ciertos momentos
un panorama oscuro, pero tengo que ver la realidad en su conjunto y aportar
claridad a la situación actual. Que tengo que continuar cuidándome físicamente,
haciendo ejercicio ya que es una forma muy efectiva de combatir el nerviosismo
y el insomnio.
Y
sobre todo he de recordar continuamente que tengo mis esperanzas en algo, en
alguien, que merece la pena, que mi vida tiene sentido y que no estoy solo en
esta batalla. Si bien no va al ritmo que me gustaría ni tal vez por el camino
que habría elegido tengo que decir que este es mí camino y lo voy a recorrer.
Buenos
Días.
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