sábado, 23 de mayo de 2020

Paciencia


“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton).


Son muchos ya los días que está durando esta cuarentena, y una de las cosas que más estoy diciendo y más me dicen es: “paciencia”. Pues sí, en estos momentos de crisis, cuando estamos en contacto continuo con esta pandemia, y sobre todo cuando comprobamos que se va a prolongar más de lo que esperábamos, ¿Qué hacer? Pues eso, paciencia.
Estoy recurriendo continuamente a pedir y a tener paciencia, aunque quiero decir que tener paciencia no quiere decir ser conformista ni indiferente. Tener estos días una actitud paciente no es quedarse quieto y a esperar verlas venir o que otros me saquen del problema.  
Si nos paramos un ahora un momento y pensamos un poco sobre qué es y significa la paciencia nos daremos cuenta enseguida que estamos ante una cualidad personal que implica tener autodominio, implica también tener una buena dosis de tranquilidad y de tolerancia, sin olvidarse de la resistencia. Solo las personas fuertes saben ser pacientes. Sin ser fuertes va a ser difícil mantener los compromisos adquiridos. En cambio, una persona fuerte se agarra al compromiso y activa sus capacidades para sacarlo adelante.
No resulta fácil ser paciente pues hay que perseverar y mantener el compromiso que decidimos adoptar. Es comprometerse con el futuro. Empecé la cuarentena con un objetivo que cumplir; no contagiar a nadie y evitar contagiarme, y ese que era el motivo es el rumbo que ahora importa continuar siguiendo.
Pero las semanas y los meses están pasando y esta situación me está afectando, existe un cansancio y cada día se me hace más difícil mantener la alegría porque realmente estoy sintiendo que no me veo con fuerzas para continuar aguantando tranquilamente en casa.
Me dicen; es normal que te afecte, tienes que continuar buscando razones para resistir, pero no es fácil. Ya se que es normal que mí estado de ánimo decaiga en algunos momentos. Existe un desgaste, lo tengo claro, y tal vez la solución este en saber que esto es así, que tengo que contar con ello y prepararme para ir haciendo los cambios necesarios para mantener el ánimo alto.
Por eso creo que adoptar una actitud paciente no es una ingenuidad ni es negar la realidad de lo que me ocurre. ¿Puedo tener paciencia a pesar del entorno de estrés, del cansancio y de los malos augurios? Sí.
Para eso tengo que empezar a tener en cuenta varias cuestiones como aceptar que muchas de las cosas que están ocurriendo están más allá de mi control. Que hay proyectos que no pueden ser para ya y que tengo que plantearme realizarlos en un futuro. Que mis sentimientos y pasiones pueden mostrarme en ciertos momentos un panorama oscuro, pero tengo que ver la realidad en su conjunto y aportar claridad a la situación actual. Que tengo que continuar cuidándome físicamente, haciendo ejercicio ya que es una forma muy efectiva de combatir el nerviosismo y el insomnio.
Y sobre todo he de recordar continuamente que tengo mis esperanzas en algo, en alguien, que merece la pena, que mi vida tiene sentido y que no estoy solo en esta batalla. Si bien no va al ritmo que me gustaría ni tal vez por el camino que habría elegido tengo que decir que este es mí camino y lo voy a recorrer.
Buenos Días.

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