viernes, 29 de mayo de 2020

¿De verdad vamos a salir mejores de esto?


“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton).


Van pasando los días esperando de que se pase la pandemia, mientras, veo cada vez más frases de esperanza del tipo; “salimos más fuertes”, y ahora es tal vez el momento de preguntarme: ¿de verdad vamos a salir más fuertes de esto?

Recuerdo cómo en los primeros días de la cuarentena no se paraba de decir aquello de «vamos a salir mejores» y sonaba como una arenga contra el covid-19. Recuerdo cómo los aplausos a las 20:00 horas a los sanitarios, era una forma de trasladar nuestro ánimo a quienes estaban en primera línea. Pero han pasado los meses y no me está dando la impresión de que seamos mejores ni más fuertes. Son muchos los que nos han abandonado, y todavía no hemos llorado todo lo que tenemos que llorar. Y aunque estemos aguantando bastante bien y algunos saquen lo mejor de sí mismos, hay cada día más muestras de sectarismo y cortoplacismo.

Mientras tanto la crisis sanitaria continúa, la incertidumbre de si el desconfinamiento traerá un repunte de contagios está en él ambiente y, además nos enfrentamos a una crisis económica y social sin precedentes. Todo esto nos conduce a experimentar un cambio en nuestras vidas que podríamos clasificarlo como una gran transformación que surge por el miedo a lo que sucederá. Transformación que jamás nos hubiéramos imaginado en nuestra sociedad hace unos escasos meses.

¿Vamos a ser capaces de transformar nuestra sociedad? ¿Qué costumbres vamos a tener que reducir o eliminar de nuestra sociedad? Ahora nos gustaría que hubiera un nuevo orden mundial, que la política, la economía y el derecho dieran un giro espectacular, para hacer del mundo un lugar más justo y equitativo. Disfrutaremos de una vida más natural, con menos consumismo superfluo, pendientes de la contaminación y de la protección de nuestros ecosistemas. Los medios digitales y la inteligencia artificial se desarrollarán a tal nivel, que el ser humano será dependiente absoluto de ellos (trabajo, ocio, salud, etc.) En cuanto a las relaciones sociales serán más distantes, aunque la concienciación del cuidado, afecto y ayuda a las personas, mejorará de forma considerable.

El mundo ha visto en estos días de reclusión, como nuestro entorno natural ha mejorado considerablemente (el aire, la meteorología, los árboles, los animales…), nuestra solidaridad se ha superado de forma notable y hemos visto como profesiones de todo tipo, poco apreciadas hasta ahora, han sido valoradas de forma significativa.

Vamos a preparar a nuestros jóvenes en la ética, como principio básico, en la honradez, la responsabilidad, el esfuerzo, el deseo de superación, el respeto a las leyes y por el derecho de los demás y en la honestidad… pues nos hemos dado cuenta de que estos principios son el germen de una mejora en la persona.

Pero ¿Qué nos ocurrirá cuando aparezca esa vacuna salvadora? ¿Se nos olvidará todo lo sucedido? ¿Tendremos en cuenta esos hábitos que harían que nuestra forma de vivir fuera más natural y solidaria?

El tiempo nos lo dirá y el ser humano decidirá.

Solo espero poder decir dentro de unos meses que, si al menos no salimos mejores personas ni más unidos, por lo menos tampoco salgamos más estropeados.  


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