domingo, 17 de mayo de 2020

Primera excursión en covid19.

“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton) 


Parece ser que me han sentado bien las dos salidas en bicicleta de este fin de semana, la del viernes y la de esta mañana. Aunque en la de esta mañana hemos sufrido dos tormentas que no estaban en el guión y nos hemos calado hasta los huesos, parece claro que todo bautismo necesita de agua.
Hemos subido al Barranco De L'encantada, en el término municipal de Planes y que nos ha servido como la primera prueba con cierta entidad para el viaje poscovid19.  
Empiezo a ver y a sentir como poco a poco vamos consiguiendo ir solucionando todo este problema con el covid-19, de alguna manera vamos a solucionar el problema sanitario pero lo que en estos días empieza ya a preocuparme es el problema económico pues estoy viendo que nuestra economía parece que se irá al garete tras el confinamiento. Tendremos que reconstruir nuestra economía.


Y es aquí, donde empiezo a adivinar otro problema, para construir algo tenemos que hacerlo sobre unos buenos cimientos. Hablar de reconstruir es hablar de construcciones que se pueden levantar sobre roca firma o sobre arena. Podemos construir una economía y un país sobre la roca firme de la verdad, del cariño a nuestra tierra desde el Atlántico al Mediterráneo, de la colaboración y el compromiso. Lo malo es que estoy viendo que se está intentando reconstruir sobre las arenas movedizas del rencor, del ansia de poder, veo que se están utilizando materiales de desecho como las ideas colectivistas que tanto dolor y miseria han traído al mundo o las ideas del gran capital que siempre juega a ganar y el que venga detrás que se fastidie.
 La roca firme en la que debemos construir a partir de hoy es el respeto radical a los derechos y libertades de cada persona, anteponer el bien común a todo interés particular o bastardo.


El material que se debe utilizar para que construyamos unidos es la verdad radical no los bulos ni la propaganda pagada con nuestros impuestos a los medios de comunicación para que nos adoctrinen, nos engañen, nos entretengan con sandeces y frivolidades. ¡Por favor, tened cuidado con las tertulias de sabihondos! Tampoco a las que alardean de cinismo y lascivia.
Nuestra democracia puede funcionar mucho mejor sin alarmas alarmantes si consigue una conexión fácil con las personas. Por ejemplo: los presupuestos que sin duda se van a tener que rehacer para hacer frente a todos estos gastos tienen que ser claros y diáfanos, como los de cualquier comunidad de vecinos. Tanto se ha cobrado y a quienes, tanto se ha gastado para tales y tales necesidades, pero clarito, que lo entiendan todos y si hay gastos que no debían haberse realizado, pues solo han servido para comprar voluntades o montar chiringuitos, que podamos hacérselo saber a los que dicen gobernarnos.


La economía debe empezar a no ser algo esotérico, lleno de porcentajes y siglas, sino totalmente entendible para toda persona que quiera informarse seriamente.
Esta epidemia del covid-19 ha sido y es una desgracia, pero también una oportunidad, no para una alarmante actuación política continuada, como algunos sueñan, sino para un replanteamiento global de nuestro aquí y ahora, sin aplausos ni cacerolas, con mesura, con buena conciencia, con positividad.


Espero que todo lo que nos esta pasando y porque nos esta pasando no se nos olvide nunca y nos ayude a obrar en consecuencia.
En fin, Buenas Tardes.

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