“La amistad nace en el momento en que una persona le dice a otra: ¿Cómo? ¿Tú también? Creí que era el único.” (C.S Lewis).
Queveda ---
Soto de la Marina. 28/07/23
Distancia: 27,15
km. Media: 14,09 km/h. Altura: 308 m.
Lewis siempre tan
genial y sagaz en sus frases, y en esta especialmente creativo pues nos muestra
una faceta de la amistad poco tenida en cuenta.
Como la mayoría
de nuestras palabras esta también viene del latín, en concreto de –amicus,
amigo–, y se puede pensar que su origen más remoto de amore, amar. Y es que, tener
un amigo es a fin de cuentas tener un amor… lo cual resulta bien interesante,
porque a menudo separamos lo que es amistad y lo que es amor, pero a lo mejor
la separación no es tan clara ni tan evidente.
Lewis lo explica admirablemente
en su libro “Los cuatro amores” pero sin leer el libro ya sabemos que, para
tener un amigo hay que quererle mucho. Un amigo es “uno que lo sabe todo de ti
y a pesar de ello te quiere”, se suele decir. Y creo que es verdad, porque los verdaderos amigos son los que te
quieren tal y como eres, aun conociendo todas tus limitaciones. A veces las
dificultades que tenemos para tener amigos vienen de ese no estar dispuestos a
aceptarles como son, sin intentar cambiarles… Con frecuencia elegimos los
amigos como elegimos una bicicleta: mirando la hoja técnica de especificaciones
y revisando todos los detalles, y si alguna de las características no nos
satisface del todo, optamos por buscar una mejor. Y desde luego siempre hay bicicletas
mejores, aunque también más caras.
No, una amistad
no nace de la misma manera que compramos una bici. Un amigo no es un
instrumento, no es un objeto, no se elige en un mercadillo o se adquiere en una
tómbola. De hecho no hay donde comprarlo, no hay “supermercados de amigos”. La
amistad es una de esas cosas que te pasan, y no sabes bien por qué te pasan. Es
como coger la gripe: para cuando la tienes, ya está ahí, y no sabes muy bien
cómo ha ocurrido. Uno puede, luego, a posteriori, seguir la pista de lo que
pasó y tratar de reconocer dónde y cómo pudo darse el origen de ese virus, pero
no es una elección que uno haga en la mesa de su despacho o en la tranquilidad
de su cuarto. Ocurre, de pronto, sin más… y no podemos más que dar gracias por
ello.
Tener un amigo es
algo que ocurre, que pasa, que se da… pero no se decide, no se elige, no se
fuerza. Es verdad que luego mantener esa amistad sí que es cosa nuestra y
depende de nuestro cuidado y cariño. Como si dijéramos, que te nazcan amigos es
un don, pero mantenerlos es una tarea…
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