viernes, 25 de febrero de 2022

¿Perfeccionista o perfecto?

     “Integridad es hacer lo correcto, incluso cuando nadie está mirando.”. C.S. Lewis.

Continuo con mis salidas casi diarias en bicicleta, para ir acostumbrándome a pedalear durante varias horas al día. Voy alternando, un día la Peugeot y otro la Diverge.

Estoy pensando en realizar una excursión de varios días a modo de un ensayo general, pues aún no he cargado las alforjas en la Diverge con peso. No siendo algo imprescindible para empezar el viaje sí que estaría bien para saber en la practica como se comporta la bicicleta.

Aunque hay cosas que no hace falta probar ni se olvidan una vez que las hemos realizado o nos las han enseñado, como nadar o andar en bicicleta, es verdad que su práctica nos dará más seguridad y nos dará la posibilidad de corregir algunos errores que podamos estar cometiendo.

Recuerdo infinidad de correcciones que he realizado en cosas que pensaba que estaban bien y con la practica me he dado cuenta de que se podían mejorar. Empiezo un viaje con una distribución del material en las alforjas y lo termino de una forma completamente distinta.

Me viene ahora a la cabeza una frase de J. H. Newman que va encaminada al mismo sitio: “En un mundo superior puede ser de otra manera, pero aquí abajo, vivir es cambiar y ser perfecto es haber cambiado muchas veces.”  Y algo de razón tiene.

Ser un perfeccionista y buscar siempre ser perfecto, esta bien, siempre que no nos convirtamos en unos insoportables, que es en lo que nos convertimos cuando no somos capaces de alcanzar nuestros objetivos y empezamos a sentirnos frustrados porque pensamos que siempre lo pudimos hacer mejor. Este es el problema. Siempre estás insatisfecho contigo mismo y con los demás.

Es bueno esforzarnos por ser mejores, pero este debe ser un camino de alegría. El perfeccionismo nos alejara de la felicidad si nos obliga a estar centrados en nosotros mismos, en ser yo el perfecto. Hay que aceptar nuestra debilidad, podemos ser perfeccionistas, pero no vamos a ser perfectos y no pasa nada si comentemos errores. Estamos llenos de errores y saberlo nos tiene que animar a mejorar con alegría no a atormentarnos con metas irreales, imposibles de cumplir.

Ese no querer cometer ni un solo error, el perseguir el viaje perfecto significa el querer tener las cosas bajo control todo el tiempo. Es agotador embarcarse en el inútil trabajo de querer controlarlo todo. Hay que relajarse, es absurdo querer cometer cero errores. Cuando me encuentro con esos pensamientos intento ser realista, y me recuerdo que eso no es posible, que no hay que tomarse estas cosas tan en serio hasta el punto de obsesionarse. ¿Me molesta no encontrar una cosa en las alforjas? Claro que me molesta, pero ese “desorden” significa vida, significa viaje.  

La cuestión en estos casos es saber que nos tenemos que arriesgar, que me tengo que atrever, aunque sepa que no todo va a salir como a mí me gustaría. Hay que librarse de esas cadenas que no me dejan estar contento de que me tienen atrapado en la amargura.

Se que me voy a equivocar muchas veces, pero de eso se trata. De saberlo y aprender a equivocarme. De saber que han sido mis pensamientos los que han decidido sobre mis acciones, y eso esta bien. De saber que hemos sido hechos libres.

Se de muchas personas que son realmente brillantes y que por miedo a no poder hacer las cosas a la perfección sencillamente no las hacen y se dan por vencidos porque han colocado el nivel demasiado alto. Hay que hacer las cosas lo mejor que podamos, lo que no significa que las estemos haciendo a la perfección.

¡Ah! Pero nos han dicho que seamos perfectos. Y es verdad, lo hemos leído y nos lo han dicho: “Sed perfectos” pero se refieren a ser perfectos en nuestra relación con los demás, a ser perfecto en el amor y, eso amigos míos no lo vamos a poder hacer solos, necesitamos ayuda.

Pero esto puede ser otro tema, pero es al final la misma historia.

Buenos días.  

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