“Puedo creer lo imposible pero no lo improbable” G. K. Chesterton.
Todos
nos habremos dado cuenta a estas alturas de que puede ser posible que estemos a
las puertas de un conflicto armado entre Rusia y Ucrania, ante la posibilidad
de una guerra en suelo europeo.
Estoy
seguro de que, ante esa posibilidad, cada uno de nosotros hemos empezado a
pensar en cuáles son las razones que tienen unos y otros, y que, entre eso y
nuestras ideas, terminamos posicionándonos. Incluso nos podemos llegar a
plantear si hay razones que justifican o no la guerra, y si hubiera, en algún
caso, una “guerra justa”. Y llegados a este punto, es desde donde hay que empezar
a hacernos preguntas y ver las respuestas que podemos dar.
Según
mi modesta opinión es posible que ya no se puedan dar las condiciones para
aclarar si una guerra puede ser justa, nuestra realidad, nuestro nivel tecnológico
ya no nos permite defender las razones racionales y bien maduradas de otros
siglos para hablar de una posible guerra justa. No estoy diciendo que una “guerra
justa” ahora sea imposible, sino que es muy difícil. Y lo es porque la palabra
guerra ya no tiene detrás lo que sencillamente hace unos siglos tenía. Las
posibilidades de destrucción son tales, tan grandes y descontroladas, que la
justificación moral de una guerra se vería obligada a detenerse.
O
sea, dicho de otra manera, teniendo en cuenta los posibles efectos de una
guerra entre Rusia y Ucrania ya no permitiría poner en una balanza ningún bien
ni utilidad superior al daño que causaría. Esto es lo que tendríamos que
considerar.
Si viviéramos
en un mundo que se rigiera siempre por criterios buenos y justos, seguramente
no haría falta que estuviéramos continuamente haciéndonos preguntas y buscando
respuestas, buscando lo qué es correcto en cada caso concreto. Si los muchos problemas
que hay en el planeta acaban generando conflictos armados, no tenemos más
remedio que seguir pensando qué podemos hacer, qué es lo mejor que podemos
hacer.
La vida está llena de preguntas y buscar respuestas, pero esto es
otra cuestión.
Buenos
días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario