domingo, 5 de septiembre de 2021

Etapa 48: miércoles 25 de agosto de 2021. Le Bourg d’Osian.

 “Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton).

Etapa 48: miércoles 25 de agosto de 2021.

Le Bourg d’Osian.

Si ayer subimos Alpe d’Huez, hoy nos iríamos a Villard-Notre-Dame, no llegaríamos al pueblo, pero realizamos toda la subida en una mezcla de senda y carretera.

Pasear en bicicleta por la naturaleza solo puede ser superado por caminar por esa misma naturaleza, aunque Flaubert escribió en algún lugar que: “Solo se puede pensar sentado”, a quien contestó Nietzsche: “Las grandes ideas llegan caminando”. Como veis ya sea caminando o sentados en mitad de la naturaleza, estaremos más cerca de estar en disposición de aclarar nuestras ideas, porque como habréis leído ya tantas veces en la frase de Chesterton, hay que tener ideas para que nuestro viaje las amplie.

Es curioso pero la frase tan habitual de: “lo importante es caminar” se queda muchas veces, incluso en una mayoría de veces, corta. Porque lo importante no es caminar, pues si estoy al borde de un barranco, lo importante es la dirección hacia donde me dirija.

Lo mismo o muy parecido se podría aplicar a viajar. Pero vamos por partes. Para empezar a caminar es interesante saber dónde nos encontramos. Pues difícilmente podemos empezar una ruta sin definir cual es el punto de partida. Si nos referimos al mundo de las ideas aún tiene más importancia. Ese “conócete a ti mismo” es un buen punto de partida, pero es un asunto enredado.

¿Y el punto de llegada? ¿Dónde quiero ir? Si se trata de un viaje en bicicleta no son preguntas difíciles de contestar. Sin embargo, si se trata de nuestra vida se complica. Imaginad algunas respuestas; quiero ir a la felicidad plena; mi meta es la plenitud; solo deseo ser yo; el amor, amar. Genial, perfecto. Y eso ¿está al norte, al sur, al este…?   

Al final, es fácil que vivamos nuestra vida sin detallar exactamente dónde queremos llegar. En un viaje durante nuestro tiempo libre no es complicado; Venecia. Hemos conseguido ponernos en marcha. ¿Puedo saber por qué? ¿Para comer pizza, para ver San Marcos, para descansar en vacaciones, para desconectar de la rutina, para…? Porque claro… eso también hace que nos planteemos el viaje de una manera o de otra.

Sólo nos queda definir el cómo llegar. El cicloturista lo tiene claro, en bicicleta. Y hasta nos podemos volver a preguntar si realmente hay un por qué para ir a Venecia. Y entonces sí, comienza el camino que nos llevará al destino soñado.

Es que si no se dan estos pasos uno corre muchísimos peligros. El primero el de estar al borde de un precipicio y como no se es consciente, despeñarse. Pero hay otros no menos peliagudos. Por ejemplo, acabar como los locos en el patio. Andar dando vueltas como caballo atado a la noria. Mucho cansarse para no ir a ningún sitio. Y otro más. Porque si uno echa a andar sin pensar por dónde y a dónde, le puede pasar que de repente se encuentre a la altura de Albacete, agotado, y diciéndose que qué leches hace ahí cuando le está esperando un capuchino en la plaza san Marcos.

Caminar es peligroso si no se sabe a dónde o por dónde. Por mi parte tengo claro el objetivo y el camino a seguir. Y camino, si bien a veces me canso y también voy para atrás. Pero como no sepas ni desde dónde, ni a dónde, ni cómo, ni por qué… cuanto más camines, peor. Y encima, te agotas.

Buenos días.

No hay comentarios: