“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas”. (G. K. Chesterton)
Día 38 del viaje a Roma. Montaldo di Castro --- Lido di Tarquinia.
Martes 6 de mayo de 2025.
Distancia: 44 km.
Desnivel positivo: 266 m.
Velocidad media: 15’5 km/h.
Hay un tema que hace días que estoy dejando de lado, el Conclave de 2025 que tiene que comenzar mañana y lo estoy dejando aparte, siendo como es de importante para mi paso por Roma para obtener el Jubileo, porque tanto la muerte de Francisco así como todo lo relacionado con ello me ha pillado por sorpresa y no he tenido tiempo para asimilarlo bien.
Sin embargo, hoy he tenido la tarde bastante libre y he podido dar un vistazo un poco más detallado a la situación.
He estado leyendo algunos artículos sobre los pronósticos de qué cardenal puede ser elegido Papa y me da la impresión de que cada uno “rema” hacia su casa, lo que no me da mucha confianza.
Es imposible no hacerse una cierta idea de cómo debe ser el Papa si es que te importa algo, y lo que he podido observar en el entierro de Francisco es que importa mucho. Y importa no solo a los cerca de 1. 300 millones de católicos que somos más o menos hoy en día.
Haciendo así por encima una vista a las corrientes que se pueden adivinar veo que nos podemos encontrar con tradicionalistas, progresistas, aperturistas, globalistas…, que me da la impresión que no significan nada dentro de la iglesia. Son más bien una forma de reducirlo todo a un nombre que no concreta nada y deja mucho en el aire.
He visto también que se hacen listas en las que se anotan los trabajos que debe abordar el nuevo Papa y que son casi infinitas.
Según mi opinión y por lo tanto no debe de valer nada y menos aún tenida en cuenta, es que desde Juan Pablo II la iglesia está llevando un camino para hacer comprender el cristianismo como una experiencia y un acontecimiento que va al encuentro de Cristo para que desde Él el hombre encuentre su plenitud.
Ya sé que muchos ahora estaréis pensando que esto es algo que la iglesia lleva haciendo desde siempre, sin embargo, Juan Pablo II lo hizo nuevo porque devolvió a la iglesia a su verdadera tradición.
Es un camino que la iglesia debería de continuar, si Juan Pablo II explico el cristianismo desde el amor: “El hombre no puede vivir sin amor (…) su vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta (…). Por esto precisamente, Cristo Redentor revela plenamente el hombre al mismo hombre”.
Después Benedicto XVI con ese “Deus Caritas Est” y con ese párrafo tan conocido de : “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (Dios Es Amor).
Y luego remachó Francisco que no se cansó de repetir a Benedicto XVI en (Evangelii Gaudium) : “no me cansaré de repetir aquellas palabras de Benedicto XVI que nos llevan al centro del Evangelio” (esas palabras eran las de la Deus Caritas Est) (…) “sólo gracias a ese encuentro —o reencuentro— con el amor de Dios (…) llegamos a ser plenamente humanos”.
Tengo la impresión que se quiere mostrar un cristianismo que se debe encontrar con Cristo día a día, cada día, no se trata de darle más o menos publicidad a la doctrina cristiana sino ir al encuentro diario con Cristo.
Ese camino para que el cristianismo sirva para afrontar nuestra vida personal y la del mundo esta aun por recorrer y el camino que los tres últimos papas han seguido debería de continuar, poner a Cristo en el centro de todas nuestras actividades nos debe hacer que seamos atractivos para los demás.
Solo si vivimos el cristianismo como algo que esta sucediendo ahora en cada momento, puede hacernos cambiar desde dentro.
El nuevo Papa debería de seguir ese camino que aún no ha llegado a su fin. Pero claro, el Espíritu Santo es el que tiene la última y la primera palabra en el Conclave.
https://www.instagram.com/vicent1956/?hl=esv