“Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton)
Nordkapp: día 80. 21/06/22.
Overkalix --- Overtornea.
Distancia hoy: 50 km. Velocidad
media. 15,30 km/h.
Ha sido un día transversal,
en el que he cambiando de valle, he cambiado de río, ahora estoy con el río Torne
que hace de frontera entre Suecia y Finlandia.
Puedo remontarlo mañana o
bien por la orilla sueca o la finlandesa, ya veremos.
Desde hace unos días
estoy intentando volver a mi horario normal de sueño-vigilia. No dormir de
noche y estar despierto durante el día, que sería lo normal, sino dormir
durante las horas que en el mediterráneo es día y de noche.
Una tienda de campaña, al
menos la mía, no tiene persianas que bajar, aunque las hay que el techo es
completamente negro y no deja pasar la luz, pero no es mi caso. Y cuando el sol
ilumina de golpe la tienda a las 11 de la noche por que ha encontrado un hueco
de entre las nubes, y esto lo esta haciendo constantemente, no hay forma de
coger ese sueño profundo que te hace recuperarte completamente.
Y aquí estoy, intentando
ir me a dormir con el sol iluminando la tienda y no levantarme cuando continua
iluminándola, ya se que es muy fácil decir: “ponte un antifaz” , pero es
que yo no puedo dormir con una venda encima de los ojos.
De momento, desde hace
unos días, estoy consiguiendo no estar dando vueltas por el camping, ni
subiendo y bajando cremalleras, desde las 4 de la madrugada.
En la vida, pienso que no
es bueno taparse los ojos sin embargo en este caso estaría bien que pudiera
hacerlo. No es aconsejable acostumbrarse y acostumbrar al corazón, a que deje
de dolerle el ver tanta injusticia en nuestro mundo. Y deberíamos empezar por
hablar más de humanidad, proponer a la sociedad que no deje que lo intolerable,
lo inhumano, se permita y se vea como normal.
No hay que taparse los
ojos, que no se nos acostumbre el corazón, porque como personas nuestra
dignidad y nuestra fe sin obras están muertas. Dejemos de poner excusas y
empecemos a comprometernos con todo el dolor que existe en el mundo. No se
trata de hacer política, sino de descubrir cómo dijo en una ocasión san Juan Pablo
II: «el amor es mirar al otro, no para servirse de él, sino para servirle».
En fin, he cambiado de “tercio”
sin darme cuenta. Pero es que no quiero acostúmbrame a cerrar los ojos porque no
me resigno a que cuando yo muera, siga el mundo como si yo no hubiera vivido en
él.
Buenos días.
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