Dicen que los viajes ensanchan las ideas, pero para esto hay que tener ideas” (G. K. Chesterton)
Nordkapp: día 82. 23/06/22.
Pello --- Kolari.
Distancia hoy: 82 km. Velocidad
media. 16,82 km/h.
Día tácticamente
aceptable, el método que he utilizado para mojarme lo menos posible ha salido
bien, me he mojado una hora y media aproximadamente, la cuestión era evitar las
lluvias de la mañana y llegar al camping antes que las tormentas de la tarde
empezasen.
Y así a sido, a las 6 de
la mañana ya estaba pedaleando y antes de las doce llegaba al camping, por
cierto estoy en una cabaña, pues el camping no tiene ningúna zona común o un
lugar donde poder estar, salvo la ducha y el aseo, en singular y, no me había
levantado a las cuatro de la mañana para aguantar las tormentas de la tarde
dentro de la tienda, sobre todo porque después hay que pasar también toda la
noche.
Así que día perfecto, el
objetivo del día cumplido.
Por cierto, en Finlandia
se utiliza el euro y ayer me di cuenta que van una hora por delante de
nosotros, el móvil hizo el cambio automáticamente pero como no aviso estuve
todo el día de ayer con la hora del resto de Europa.
Hoy ha sido una etapa
larga para lo que esta siendo la estrategia elegida para llegar al Nordkapp,
creo que aun queda otro día que rondará los 80 kilómetros más si el día es
bueno.
Y, es que, hay un dicho
popular que dice: «más corre el galgo que el mastín; pero si el camino es
largo, más corre el mastín que el galgo». Pues bien, por lo que estoy
viendo en los demás ciclo-viajeros que están en ruta hacia el Nordkapp en su
mayoria se prefiere ser galgo a mastín.
El galgo es una buena opción
si se tienen las piernas y el cuerpo para ello, sin embargo mi estrategia es la
del mastín, posiblemente porque no tengo otra opción si quiero llegar. Aunque
me he encontrado con ciclo-viajeros que entienden mal eso de que “querer es
poder”, porque pasan por alto esa verdad de que, entre el querer y el poder,
hay un camino de subidas, bajadas, sudores, dudas, cansancio y, muchas veces, dolores
musculares que hacen que se abandone cuando con solo añadir unos pocos días más
reduciendo así los kilómetros diarios ese problema desaparecería.
Otra cosa de la que estoy
convencido es de que los sueños requieren conciencia. La vida te enseña que
tener un sueño no quiere decir que se cumpla. O no al momento. Siempre digo que
hay que tener un sueño, pero que también hay que tener un plan B. Y ese plan B
se construye manteniendo la mente abierta a otras posibilidades que no habías
contemplado, pero que están ahí. Esto implica mantenerse conscientes,
despiertos, abiertos a lo que pueda ser.
A veces, detrás de esos
sueños de forma y tamaño determinado, late un deseo más grande que puede ser alcanzado
de otra forma que, quizás, sea indicada para uno. Por eso hay que mantenerse en
actitud de escucha. La vida finalmente responde a esos sueños forjados con
empeño y trabajo, y te coloca donde estás llamado a estar, de eso estoy
convencido porque así lo he vivido. Pero, claro, uno no debe sentarse a
esperar. Caminar, actuar y confiar han sido la clave para mí. Y desde esta
humilde experiencia de vida trato de hacer entender que los deseos y sueños
solo echan raíces sobre tierra bien labrada.
Pero, claro, así hay que entenderlo,
y no andar moviéndose entre la
impaciencia y la inmediatez. Hay que parar, respirar, mirar a nuestro alrededor
y contemplar. Siempre la primavera llega después de haber atravesado todo un
otoño y un invierno.
Así también en la vida. Y
mientras hay vida, hay esperanza. Nunca es tarde para nada por lo que uno esté
dispuesto a batallar.
Buenos días.
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