“Que queden unos cuantos arcos romanos en ruinas en Inglaterra no es una prueba de que no puedan construirse arcos, sino todo lo contrario” G. K. Chesterton)
Jueves 15 de agosto de 2024. El Canal des 2 Mers.
Una de las situaciones en las que me encuentro algunos de estos días en los que todo sale perfecto es la de sentirme tan satisfecho, tan pagado de mí mismo que llego a sentir una estimación exagerada y absurda de mí mismo.
Y esto que no hay duda de que produce satisfacción, también puede
llegar a crearme un problema. Una cosa es saber que controlo todas las
cuestiones del ciclo-turismo y otra distinta es sentirse superior a los demás
ciclo-turistas y, por supuesto aún peor, si de alguna manera les hago saber que
lo soy.
Esto de vanagloriarse puede convertirse si no lo evitamos o no
lo controlamos como la raíz de una serie de defectos que pueden convertirse en
auténticos problemas en nuestras relaciones con los demás.
Y, sin embargo, la persona humana nace presuntuosa, la
vanagloria es sin duda una de las inevitables herencias de todo mortal, algunos
se dan cuenta de su existencia y del peligro que conlleva, e intentan evitarla,
pero es complicado, ya que su sensación nos gusta a todos.
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