“Cuando el hombre está haciendo las tres o cuatro cosas para las que ha sido enviado a esta tierra, entonces habla como alguien que vivirá para siempre” (G. K. Chesterton)
Día 69. 4 de agosto de 2024.
Pinedo --- Pego.
Comienzo hoy con una palabra, con una
simple palabra que tiene equivalente en todas las lenguas, desde que el hombre
existe, ha dicho: GRACIAS.
¡GRACIAS! A todos los que de alguna
manera han esperado mi llegada y que sin poder evitarlo me han emocionado.
Último día de esta visita en bicicleta
a tres grandes ríos franceses, como veis no hay ni distancia, ni media ni
metros positivos pues con el ajetreo de la llegada se me ha pasado, pero
supongo que serán los mismos números que el primer día pues es el mismo
recorrido.
Lo curioso del día de hoy es que se
trata de la primera vez que vuelvo a casa en bicicleta después de un largo
viaje, hasta hoy siempre había llegado o bien por medio del tren, del avión o
en coche, así que me he alegrado mucho por el recibimiento que he tenido.
Así es. El agradecimiento es una conducta de los
seres humanos, de todos los tiempos y de todas las culturas.
Siempre me ha llamado la atención en
mi trabajo que siempre acudía a solucionar quejas y reclamaciones y no recuerdo
haber acudido a un cliente para que me agradeciera mi trabajo o lo bien que le
funcionaban sus electrodomésticos. Por eso no estoy muy acostumbrado a recibir ni
elogios ni reconocimientos.
Pocas veces pensamos en la
importancia de esos pequeños detalles, de esos sencillos aplausos, de esos
gritos de animo o de un simple “me alegro de volver a verte”, sin embargo, su
poder es mucho más profundo de lo que se puede imaginar. A mi me ayuda a estar
más alegre y motivado y los recordaré siempre.
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