“El amplio objeto de un viaje no es poner el pie en tierra extraña; es poner el pie, al fin, en nuestro propio país como en una tierra extraña” (G. K. Chesterton)
Camino de Geiranger. 30 de agosto
de 2024.
Lleva varios días en Suecia y
ahora estoy en Noruega, y mirando la desbordante naturaleza que me rodea estaba
pensando la pena que se debe tener al perderse estos paisajes con esa extraña
luz que los acompaña. Por eso me desconcertó la tasa de suicidio de estos dos
países por 100,000 habitantes en este año, Suecia con el 14,9% y Noruega con el
11,8%, una barbaridad si hacemos la cuenta de suicidios en este año. En España
estamos en el 7,7% que ya es mucha.
¡Qué en estas tierras no se
encuentren razones para seguir viviendo es muy triste!
Tengo la impresión de que muchas
veces perdemos la vista, estamos ciegos y no nos damos cuenta, ¡cuántas veces
no vemos lo que está delante de nuestras narices! Lo triste no es no encontrar el
móvil que tenemos encima de la mesa sino de no darnos cuenta de las maravillas
que nos rodean. Se trata de admirar y de querer todo lo que nos rodea. Cuando
nos enamoramos de una persona somos capaces de ver cosas en ella que la persona
para la que es indiferente es incapaz de ver. Nos tenemos que enamorar de todo
lo que nos rodea.
Si no somos capaces de amar todo
lo que nos rodea hay que hacer algo, y pararse. Cambiar nuestro punto de vista,
dejar de mirar con la razón y mirar con el corazón. Nos hemos olvidado de ver
las cosas con el corazón y nos hemos concentrado en conceptos como los de “razón,
voluntad o libertad”. Hay que reconocer que nuestro corazón es lo que nos
configura y lo que nos distingue.
¿Como estar triste ante los
fiordos noruegos? No ver la alegría del mundo en estos paisajes es vivir momentos
de oscuridad, no encontrarle sentido a nada. Hay que mirar de otra manera,
dejando las razones, que por ciertas que sean, son sinrazones. Comprender es el
modo de mirar. Dice el Diccionario que comprender es “abrazar, ceñir o rodear
por todas partes algo”. La mirada comprensiva no se queda en una parte, en lo
llamativo. Busca el por qué, mira en profundidad, sabe interpretar,
diagnosticar. Abre horizontes.
Pero claro para enamorarnos
tenemos que saber lo que es el Amor y así poder amar y, esto, aunque debería de
ser fácil, por lo visto no lo es tanto.