“Si estamos destinados a grandes obras, estamos llamados a grandes peligros.” John Henry Newman.
Nordkapp: día 47. 18/05/22.
Brietlingen -- Römnitz.
Distancia hoy: 63,16 km. Velocidad media: 14,
85 km/h.
Hoy otro día tranquilo,
recorrido como siempre en Alemania sin problemas para la bicicleta, solo en la
parte final para llegar hasta el lago donde esta el camping el camino se ha
puesto duro.
Al cruzar el bosque todo
eran subidas y bajadas bruscas, con la complicación que esto trae consigo.
Pero el camping bien
valía esas pequeñas dificultades. Como no estamos en temporada alta los
campings están lo suficientemente vacíos para poder elegir el lugar que más nos
guste, siempre que nos dejen elegir, como era este caso.
A veces prefiero no tener
que elegir, prefiero obedecer y ya esta, de lo contrario me suele costar mucho
decidirme.
No se como hay personas
que piensan que solo se es libre cuando no se obedece, cuando se discrepa de la
norma general o el simple desacuerdo.
Muchas veces lo que
sucede es que no tenemos claro lo importante que son unos conceptos tan
parecidos, pero no iguales como ordenar y dar órdenes.
Dar órdenes es igual que
mandar, imponer y dominar. Ordenar es organizar, preparar y poner orden.
Y, a partir de aquí ya
debemos aclarar quien tiene autoridad, sabiendo que es sinónimo de servicio a
los demás. La autoridad debe dialogar no monologar, debe ejecutar lo que sus
gobernados le solicitan y debe vigilar y actuar en consecuencia y trabajar por
el bien común y no solo por sus intereses personales.
El autoritarismo, es por
supuesto otra cosa pues se origina en no conocer ni mucho menos vivir ni
practicar el respeto consigo mismo y con los demás.
Y, es que el autoritarismo
lo que busca obsesivamente es la forma de dominar a los demás, de lograr un
sometimiento, la humillación incondicional a la autoridad ha sido siempre la
ambición de todo ser humano sin valores.
No es lo mismo imponer
por conveniencias personales, que dialogar para tomar una decisión que
beneficie a los demás. Muchas veces cuesta trabajo dialogar, y por no saber
cómo, por eso se prefiere imponer. Y cuando sabe que no tiene la razón, se
convierte en víctima, culpa a todos de su incapacidad y al victimizarse busca
obsesivamente quien le de la razón.
En fin, tener poder para
que se hagan las cosas no es lo mismo que tener autoridad para que se hagan.
Buenas tardes.
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