jueves, 20 de octubre de 2022

Desde otro punto de vista.

 “El hombre no haría nada si esperara hasta que lo pudiera hacer tan bien, que nadie le encontrara defectos.” (John Henry Newman.)

Lo hemos visto escrito y lo hemos dicho infinidad de veces: viajar siempre es algo maravilloso y en bicicleta mucho más. En cada viaje nos surge una ocasión para abrir nuestra mente y conocer otras maneras de vivir y entender la realidad. Los motivos para comenzar un viaje son tan variados como las personas, y en muchos casos las ventajas y lo que se llega a aprender también, pero ¿qué sucede cuando volvemos a casa? Tenemos que recordar que un viaje nunca debe convertirse en una huida, sino en una búsqueda, no nos vamos por qué no nos gusta nuestro hogar sino porqué lo amamos tanto que nos vamos para mejorarlo al volver.


Tenemos que comprender que muchas de las experiencias que tenemos en los viajes son materialmente las mismas en casi todos los viajeros, sin embargo, son formalmente distintas. Compartimos las más de las veces las mismas preocupaciones y dificultades: cansancio, averías, frío, calor, enfermedades…; incluso las mismas alegrías: alcanzar el objetivo previsto, el disfrute de la naturaleza, la satisfacción de las nuevas amistades… Pero, nuestros viajes, cada uno de nuestros viajes tiene como mínimo un punto de singularidad, una tenue luz imperceptible para los demás, que le da un sello característico, que lo dota de un sentido particular: es mí viaje y ya forma parte de mí vida.

Cuando viajamos en bicicleta tenemos claro que no somos personas anormales, aunque nuestro objetivo es distinto. Salvo por la bicicleta no nos distinguimos de los demás viajeros, ni por el lugar del que vinimos, ni por nuestras costumbres ni vestimentas. En efecto, no llevamos una clase de vida diferente y, sin embargo, damos muestras de un contexto del viaje admirable y, a juicio de mucha gente, increíble.   

En esta época que nos ha tocado vivir es precisamente en la que se hace más necesario viajar para estar en el mundo real. No nos podemos conformar con toda la información que nos encontramos en las redes, hay que estar en esos países, ciudades y pueblos para tener una idea real de sus gentes, para comprender las diferencias que nos hacen distintos.

Si lo pensamos un poco nos daremos cuenta de que lo que nos enriquece es ver el mundo desde otro punto de vista, desde un lugar donde veamos todo lo que nos rodea, pero también nos veamos a nosotros, desde una situación que nos permita observar y observarnos, comprender y comprendernos, escuchar y hablar, esa forma de percibir la realidad la hace más rica.

Buenos días.

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