miércoles, 12 de octubre de 2022

El sentido del deber

 “El espíritu de la cultura no consiste solamente en conocer los hechos, sino en ser capaz de imaginar la verdad.” (G.K. Chesterton)

Hace días hablaba de que al adquirir un “compromiso” acto seguido suele aparecer el “deber”. Y lo hace cuando falta la empatía, cuando nos falta un vínculo emotivo que mantenga el compromiso. Cuando nuestra voluntad para mantener un compromiso se basa también en la razón es cuando se convierte en un deber.

Imagen de YONGSAM JO en Pixabay

Sin embargo, ese sentido del deber solo es posible dentro de una moral, una moral que necesita estar dentro de una tradición determinada. Cuando la base de la moral se mantenga y sea siempre la misma. Hay que pensar que la moral es lo que nos dice en qué consiste llevar una vida dirigida hacia el bien. Es cuando sabemos, cuando tenemos este conocimiento, cuando podemos empezar a crear las normas sobre lo que “debe ser”. Sin embargo, si aquella idea sobre la vida dirigida hacia el bien se pierde o se diluye, las normas quedan vacías de contenido y solo se recuerdan como los restos de una cultura perdida. Esto, lo que nos da una idea de por qué nuestra sociedad tiene tantos problemas para mantener el sentido del deber.

Para que exista un sentido del deber se necesita un “deber ser”, algo muy difícil cuando el bien se ha convertido en algo tan subjetivo que es visto como una preferencia personal y no social. Y en este entorno moral no existe otro deber que lo que me gusta, y este pensamiento elimina la posibilidad de hacer algo que en principio nos resultará poco o nada agradable.  

Si analizo todo lo que he escrito en los últimos días llego a la conclusión que: compromiso, amor y deber son los fundamentos que vinculan a las personas y hacen posible la creación de la mejor sociedad en cada circunstancia histórica concreta. Su construcción y práctica la encontramos en los pilares de nuestra cultura occidental, y esta es la causa de que forme parte del relato común de los europeos.

Sin embargo, hoy en día tenemos la impresión de que es un esfuerzo innecesario y un sacrificio inútil la creación de vínculos entre las personas, y esto se trata de un error social grave.

En fin, lo dejo por hoy, ya vere cuales son las consecuencias de ese error.

Buenos días. 

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